En general, lo más destacado de la Creality CR-10 es su gran volumen de impresión. El modelo estándar (la más pequeña de las tres versiones disponibles de esta impresora) tiene un volumen de impresión de 300 x 300 x 400 mm, que destrona a la Lulzbot Taz 6, la Makerbot Replicator+ y la Zortax M300, modelos conocidos por su gran volumen de impresión.
Para este análisis, hemos utilizado una Creality CR-10 de tamaño estándar, pero el contenido también es aplicable en gran medida a las otras dos versiones (de 400 y 500 mm cúbicos).
Según Creality, el espesor mínimo de una capa impresa con la CR-10 es de 100 micras, cuando está equipada con un cabezal de 0,4 mm.
El fabricante también afirma que la placa base es de calidad industrial. De acuerdo con Creality, la impresora 3D puede imprimir hasta 200 horas seguidas. ¡Buena suerte para aquellos que quieran comprobarlo! Incluso siendo lo más ambiciosos posible, haciendo retoques con Cura para cambiar la configuración de impresión y llenar el volumen de impresión, no hemos logrado acercarnos a las 200 horas.
La Creality CR-10 cuenta con una cama caliente que cumple su función de repartir el calor a través de la superficie de la bandeja de impresión de cristal. No hemos encontrado ningún problema importante con respecto a la difusión del calor.
Para gestionar la impresión, puedes usar una tarjeta SD o el puerto USB de tu impresora. Es fácil preparar la impresión y ajustar la calibración navegando a través de los diversos menús gracias a la pantalla LCD y al control circular instalado en la caja de control.
La impresora 3D es internacional: un interruptor en el lateral de la caja de control te permite elegir entre 110 y 220 voltios, dependiendo de las características específicas de tu país.
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